
33. Alcornocal lusoextremadurense
Los alcornoques son árboles habituales en bosques mediterráneos sobre suelo ácido.
En enclaves silíceos húmedos y térmicos, los alcornoques (Quercus suber) desplazan a las encinas. En su composición florística están la mayoría de las especies que podemos encontrar tanto en los encinares luso-extremadurenses como en la maquia.
El alcornoque es un árbol muy ligado a la Iberia silícea que aparece en bosques mediterráneos más templados y húmedos que la encina, que lo sustituye bajo condiciones más continentales y sobre suelo calizo. Su interés socioeconómico radica, principalmente, en su corteza suberosa, de la que se obtiene el corcho, importante material aislante que se utiliza para fabricar tapones de botellas, láminas y revestimientos aislantes. La corteza se retira del árbol cada 9-15 años, siempre de forma manual. En Castilla-La Mancha, este valioso producto se obtiene, según la legislación, entre el 1 de junio y el 1 de septiembre, principalmente en las provincias de Ciudad Real y Toledo, con una escasa producción en el suroeste de Albacete. El descorche debilita al árbol, que tiene que volver a desarrollar el tejido suberoso. La resistencia al fuego del alcornoque se debe, en gran medida, a esta gruesa corteza ignífuga, que permite que el árbol sobreviva a su paso.
En la recreación del alcornocal, acompañan al alcornoque arbustos tales como el acebuche (Olea europaea var. sylvestris), el madroño (Arbutus unedo) o la olivilla (Teucrium fruticans), entre muchos otros.











