
40. Encinares béticos supramediterráneos
Encinares que crecen en las sierras béticas orientales a partir de los 1000 m de altitud.
Subiendo en altitud en las sierras prebéticas de Alcaraz y Segura, por encima de los 1000 m, los encinares calcícolas entran en el dominio supramediterráneo, donde la vegetación soporta inviernos más fríos y recibe mayores precipitaciones anuales. Aunque comparten algunas especies con los encinares mesomediterráneos (cornicabras, Pistacia terebinthus; durillos, Viburnum tinus), el cortejo de estos bosques posee elementos montanos diferenciales, como la madreselva arbórea (Lonicera arborea), el espino endémico Crataegus laciniata, el agracejo (Berberis vulgaris subsp. australis) o el tomillo de Granada (Thymus granatensis). También encontramos endrinos (Prunus spinosa) y lastón (Brachypodium phoenicoides). Estos encinares montanos a menudo contactan con pinares de pino laricio (Pinus nigra subsp. salzmannii) y en las crestas más expuestas, con matorrales amantes de la altitud, almohadillado-espinosos, configurados por cojines de monjas (Erinacea anthyllis, Echinospartum boissieri, Hormathophylla spinosa). Todas estas especies aparecen representadas en la colección del Jardín Botánico.
El dominio histórico del encinar bético supramediterráneo ha sufrido una merma sustancial en muchas zonas debido a la sobreexplotación del arbolado, el sobrepastoreo o las reforestaciones, principalmente a favor del pino resinero (Pinus pinaster).











