
38. Encinares béticos mesomediterráneos
Se localizan en el suroeste de la provincia de Albacete, en los territorios limítrofes o de menor altitud de las Sierras del Segura y de Alcaraz.
Estos encinares constituyen la vegetación potencial de amplias zonas montanas por debajo de la cota de los 1000 m, sobre sustrato calizo, en las cordilleras béticas, que en el caso de Castilla-La Mancha se localizan en el suroeste de la provincia de Albacete, en los territorios limítrofes o de menor altitud de las Sierras del Segura y de Alcaraz.
En el sotobosque, es frecuente la presencia de especies de carácter más o menos termófilo, como el lentisco (Pistacia lentiscus), el enebro de la miera (Juniperus oxycedrus), el romero (Rosmarinus officinalis) o la coscoja (Quercus coccifera), que pierden protagonismo en la comunidad frente a arbustos algo más resistentes al frío e higrófilos, como la cornicabra (Pistacia terebinthus), el durillo (Viburnum tinus) o el espantalobos (Colutea hispanica), conforme se gana altitud. Sin embargo, la sobreexplotación histórica de los encinares en estos territorios por pastoreo, extracción de leñas, agricultura de montaña… han promovido la expansión masiva de los pinares de carrasco (Pinus halepensis), especie de crecimiento mucho más rápido y carácter colonizador, en detrimento de los encinares originales.
Acompañando a las encinas, la recreación de este hábitat incorpora los arbustos mencionados anteriormente, junto con la iniesta (Cytisus scoparius subsp. reverchonii), el escobón (Teline patens), la coronilla (Coronilla glauca), el almoradul (Thymus orospedanus) y el endemismo en peligro crítico de extinción Coincya rupestris subsp. rupestris, la mostaza de Alcaraz, para el que la Administración regional promulgó un plan de recuperación.
Galería de fotos
