
Plaza de Acceso
Plaza de acceso
En la entrada al recinto del Jardín Botánico, reciben al visitante dos filas de árboles caducifolios de distintas especies, precediendo a los edificios del Instituto Botánico de la Universidad de Castilla-La Mancha, a la izquierda, y a la Sede del Jardín Botánico de Castilla-La Mancha, a la derecha: el ginkgo (Ginkgo biloba), un fósil viviente cuyos representantes más antiguos datan de hace casi 250 millones de años; el cinamomo o melia (Melia azedarach), de origen asiático, cuyo cultivo fomentaron los musulmanes en la península ibérica, y dos ejemplares de olmo (Ulmus minor) resistentes a la grafiosis, enfermedad que esquilmó millones de ejemplares de este género en Europa durante el siglo XX.
Tras los edificios, entrando al propio jardín, encontramos la plaza de acceso. Este espacio semicircular que nos da la bienvenida, con forma de teatro romano, está diseñado para albergar eventos como conciertos, obras de teatro, exposiciones… En los parterres más bajos, encontramos setos de lavandín (Lavandula x intermedia), el híbrido de cultivo de espliego (L. latifolia) y lavanda (L. angustifolia), que bordean otras plantas bajas, como el amenazado pítano (Vella pseudocytisus subsp. pseudocytisus), y dos ejemplares de pinsapo (Abies pinsapo), el amenazado abeto andaluz. En sus gradas se integran parterres de diferentes arbustos y árboles con valor ornamental como Berberis thunbergii, la parra virgen (Parthenocissus tricuspidata), el árbol de la seda o acacia de Constantinopla (Albizia julibrissin) y el granado enano (Punica granatum var. nana), así como especies silvestres de la península ibérica que se han utilizado como ornamentales: el cornejo (Cornus sanguinea), los tres Viburnum ibéricos (Viburnum opulus, V. tinus y V. lantana) y el amenazado loro (Prunus lusitanica) especie clasificada como Vulnerable en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Castilla-La Mancha, presente en los Montes de Toledo.
En los cuatro parterres que bordean la rampa central y las dos laterales, se puede ver un ejemplo de jardinería autóctona mediterránea con plantas típicas del entorno castellanomanchego, como el carraspique (Iberis saxatilis subsp. cinerea), el esparto (Stipa tenacissima), la candilera u oreja de liebre (Phlomis lychnitis), el hisopo (Hyssopus officinalis), la ajedrea (Satureja montana) y la santolina o abrótano (Santolina chamaecyparissus), entre otras, acompañadas de olivos (Olea europaea) y almendros (Prunus dulcis). De esta manera, se pretende mostrar al visitante y al aficionado a la jardinería que es posible mantener jardines floridos con poca agua mediante el uso de plantas autóctonas mediterráneas, muchas de ellas con mayor o menor grado de xerofilia*.
Asimismo, en primavera aparecen las flores de algunos narcisos (Narcissus var. Ice Follies) escondidos entre los parterres.
Xerofilia*: las plantas xerófitas (también llamadas xerofíticas o xerófilas) presentan adaptaciones a los medios secos y áridos, donde escasea el agua, como hojas endurecidas o cubiertas de vellosidad que impide la deshidratación, raíces largas o tejidos que almacenan agua, entre otras.