Árbol caducifolio muy ligado al paisaje mediterráneo y a sus huertas y ríos. Sus frutillos son comestibles y se llaman almecinas, muy apreciadas por la fauna.
Familia: Ulmaceae.
Nombre científico: Celtis australis.
Nombre común: almez, aligonero, lodón, lironero, latonero.
Etimología: Celtis es el nombre griego que Linneo dio a este género de plantas.“ australis”. nos indica su presencia en la Europa mediterránea.
Distribución: El almez se distribuye por el sur de Europa, oeste de Asia y norte de África.
Descripción: Árbol de hoja caduca de hasta 20 metros de altura, de tronco recto y corteza lisa grisácea. Sus hojas, de 5 a 15 cm de largo, son alternas, aserradas y ovo-lanceoladas. El almez florece en primavera y las flores son axilares (hemafroditas o masculinas) de color amarillo verdoso. Los frutos son drupas carnosas comestibles conocidas como almecinas. Estos frutos cuando maduran se tornan de color oscuro. Debido a su sabor dulce, se utilizan para fabricar mermeladas y licores. La madera se usaba para hacer fustas y látigos. De los árboles jóvenes se fabrican las horcas utilizadas para ahuecar el heno.
Hábitat y ecología: Se localiza en barrancos, laderas y en las bandas más alejadas de riberas de ríos y arroyos. Suele aparecer aislado sobre suelos sueltos y frescos y pedregosos. En bosques de ribera se usa para asentar los márgenes de los ríos. Es una especie que se usa mucho en parques y jardines, ya que resiste muy bien a la sequía y proporciona sombra y también en restauración, debido a que actúa en la sujeción de suelos degradados.
Curiosidades: En los pueblos de la costa mediterránea se consideraba un árbol mágico, asociado a rituales y tradiciones populares. Los pastores se hacían flautas con su madera porque decían que el sonido que producían espantaba a los lobos y otros animales fieros. Se plantaban en los patios de las casas al nacer un nuevo hijo ya que se consideraba como árbol protector.
En el Botánico, los encontramos en el paseo principal que representa de la Dehesa de Zacatena de Ciudad Real, en la zona de ecosistemas regionales protegidos de Castilla-La Mancha, y en otros puntos como la colección de cultivos manchegos, donde cuentan con parras trepando por sus troncos, y el jardín árabe de los Jardines del Mundo.