Árbol muy longevo (milenario), de crecimiento lento con forma de palmera y tronco leñoso que se agrieta con la edad. Se empieza a ramificar tras la primera floración (a los 15 años de vida de la planta).
Familia: Dracaenaceae.
Nombre científico: Dracaena draco
Nombre común: Drago canario
Etimología: El nombre latino del género “Dracaena” proviene del griego Drakaina, que significa hembra de dragón y el nombre de la especie draco, que significa dragón hace alusión a la resina roja que desprende, llamada sangre de dragón.
Descripción: Árbol muy longevo (milenario), de crecimiento lento con forma de palmera y tronco leñoso que se agrieta con la edad. Se empieza a ramificar tras la primera floración (a los 15 años de vida de la planta). Las hojas son lineares, alargadas y puntiagudas de unos 50 cms de longitud. Las flores son hemafroditas de color blanco y forma acampanada y crecen en el ápice de las ramas. Los frutos del drago son bayas carnosas de color anaranjado. Florece entre primavera y verano. Su savia es de color rojo (cambia de blanco a rojo cuando entra en contacto con el aire) siendo el único vegetal en el mundo que la tiene de ese color.
Distribución: Se encuentra en las islas del archipiélago canario, además de en Portugal, Madeira y Cabo verde.
Ecología: Especie típica de bosque termófilo (200-400m de altitud) pudiéndose asociar con pinar. Lo solemos encontrar en lugares inaccesibles sobre riscos y pendientes verticales. Prefiere las zonas húmedas y zonas con altitud entre 100 y 700 m. En peligro de extinción en estado silvestre, por la tala abusiva a que fueron sometidos desde hace siglos. En la actualidad los grupos más importantes de dragos se encuentran en el norte de La Palma y en algunos riscos y acantilados de Tenerife.
Podemos ver cuatro ejemplares de este árbol si visitamos la zona árida del invernadero de exposición del Botánico.